Aunque seas un bailarín avanzado, es posible que detestes tu propio baile y no disfrutes al verlo como los hacen los demás.
Aunque seas un bailarín avanzado, es posible que detestes contemplar tu propio baile. Y es que los bailarines con experiencia, al igual que otros artistas, nunca disfrutarán de su obra de la misma forma en que puede hacerlo el público. Es la llamada "maldición del artista".
Se parece al "síndrome del impostor" pero tiene una diferencia fundamental:
Con el síndrome del impostorEl síndrome del impostor sucede cuando no somos capaces de aceptar nuestros logros y sufrimos el miedo de ser descubiertos como un fraude. pensamos no estar suficientemente preparados, mientras que con la maldición del artista reconocemos nuestro esfuerzo, pero no disfrutamos de nuestra obra porque la conocemos demasiado bien.
Cuanto más capacitados estemos para nuestro arte, más poderoso será este sesgo cognitivo. Algunas de las razones que explican este fenómeno son las siguientes:
Algunas formas de paliar la maldición del artista son:
La maldición del artista no tiene una solución definitiva, es parte de todo camino creativo donde existen procesos que implican progreso técnico y personal.
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