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Cuando bailar… ya no es divertido

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¿Sientes que ya no te apetece bailar? ¿Has perdido la ilusión por tu pasatiempo favorito? ¿El baile socialEl baile social es una práctica informal de baile. Un grupo de bailarines se reúne con el propósito de practicar y bailar entre sí. ya no te resulta gratificante? ¿Sientes el deseo de dejarlo para siempre?

Bailar ha dejado de ser divertido. Comienzas a mostrar síntomas de agotamiento físico y/o emocional, y piensas que puede ser hora de cambiar de actividad para siempre.

Puede que sientas que todo el tiempo y esfuerzo invertidos no han compensado. Que el baile es un agujero negro que traga todas tus energías, que deberías dedicarte a otras cosas.

Has perdido la motivación para seguir. Y si sigues, es por el miedo de dejarlo y no querer volver jamás.

Estos síntomas solo suceden cuando llevas años bailando y practicando, poniendo todo tu corazón y esfuerzo, sacrificando quizás aspectos de tu vida personal o de tu tiempo libre, para poder desarrollarte como bailarín.

No se aplica si llevas poco tiempo, si solamente probaste algunas clases y lo dejaste, o si tu aplicación al baile ha sido irregular. Tienes que haber amado mucho el baile para que la ruptura te resulte dolorosa. Es como una relación de pareja.

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Por lo tanto, este cuadro solo puede ser padecido por los bailarines que se esforzaron mucho, durante mucho tiempo, por desarrollar este arte mágico y maravilloso que es bailar.

Por lo común, son los bailarines con más experiencia y, a veces, son también profesores.

Si aún no es tarde para ti, muchos de esos síntomas pueden mitigarse.

Algunos son fruto del sobreentrenamiento o del agotamiento psíquico. Otros, de problemas con tu falta de progreso o de la comunidad en la que te encuentras.

¡Vamos a exponer los principales motivos que hacen que bailar ya no te resulte divertido o interesante, y su posible solución!

Sobreentrenamiento

Se puede entrenar duro, o se puede entrenar durante mucho tiempo. Las dos cosas a la vez no son posibles. Lo has dado todo sin permitir que tu cuerpo y tu mente se recuperen. La luz que brilla el doble dura la mitad de tiempo.

Asegúrate de tomar suficientes descansos y de permitir que tu cuerpo se relaje con otras actividades. Un paréntesis de varios días puede hacer que añores el baile, y te hará recordar por qué lo amabas tanto. Por ejemplo, probar otro estilo de baileEl estilo de baile son los pasos que la tradición ha codificado, mientras que el estilo personal es nuestra interpretación de los mismos., o aprender a tocar un instrumento, ampliará tus conocimientos musicales y te permitirá mejorar mientras descansas de la rutina.

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La vida es complicada

La vida es cambio, y no tiende a hacerse más fácil. Tu situación laboral, familiar o personal, no es la misma ahora que hace años.

Cada vez te cuesta más reconciliar tu vida personal con tu pasión.

Relaja tu nivel de exigencia. Si acudes al baile en un estado de agotamiento, no disfrutarás. Baila menos, quizás solo necesites una clase por semana para mantener el nivel. Administra bien los bailes socialesEl baile social es una práctica informal de baile. Un grupo de bailarines se reúne con el propósito de practicar y bailar entre sí., échalos de menos antes que de más.

Saturación mental / obsesión

A veces en la raíz del agotamiento psíquico radica un miedo, que lleva a un comportamiento de tipo obsesivo-compulsivo.

Te exiges mucho, y no quieres tirar la toalla. Pretendes tomar todas las clases, bailar todas las fiestas. No quieres que nadie te cuente “lo que te has perdido”.

Alterna el baile con otras actividades que traigan equilibrio a tu vida. No apuestes todo al mismo número. Una clave de la felicidad es necesitar menos para tenerse más. Tu baile se beneficiará de un estado mental relajado y fresco, con menos auto exigencia.

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Falta de progreso / hastío

Si llevas mucho tiempo bailando de la misma manera, es posible que te aburras o no encuentres satisfactorio tu propio baile. Esto puede deberse a la maldición del artistaLos bailarines con experiencia nunca disfrutarán de su obra de la misma forma en que puede hacerlo el público. o al estancamiento de la comunidad de bailarines que frecuentas.

Repites tus movimientos favoritos mecánicamente, sin crear una experiencia significativa y emotiva con tu pareja y la música.

Necesitas romper el bucle, volver a sentir la incomodidad de intentar algo nuevo. Abandonar la seguridad de completar un baile con lo “que se te da bien”. Es posible que necesites profesores que rompan tus esquemas, y buscar tu propia identidad como bailarín.

Expectativas demasiado altas / frustración

Tal vez pensabas que, en dos, tres o cuatro años de práctica impenitente serías un bailarín “avanzado”. El síndrome Dunning-KrugerEl efecto Dunning-Kruger es un sesgo según el cual los individuos con escasa habilidad sufren un sentimiento de superioridad ilusorio. nos afecta a todos.

Hoy te has dado cuenta de que el camino, en realidad, empieza ahora. Durante esos años aprendías gramática y vocabulario, ser un bailarín excelente es otra cosa. Bailar con gracia y estilo, con musicalidadLa musicalidad es representar al bailar la música que escuchamos, reflejando con el movimiento corporal el ritmo, melodía, notas, etc. y sentimiento, te parece una meta cada vez más lejana.

Rebaja el nivel de exigencia. Puede que la imagen que tienes en tu cabeza sea posible algún día, pero para lograrlo debes disfrutar del proceso. Cada lección, cada pequeño hallazgo, debe ser motivo de alegría. No serás un buen bailarín sino amas cada bache del camino, si no estás dispuesto a aprender tanto como a "desaprender". Si puedes, pide consejo a los bailarines que admiras.

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Personas tóxicas

En el baile socialEl baile social es una práctica informal de baile. Un grupo de bailarines se reúne con el propósito de practicar y bailar entre sí. interactuamos con mucha gente. Algunas personas pueden ser tóxicas o mostrar comportamientos inadecuados, como criticar a los demás, cotilleos, esnobismo…

La motivación principal de estas personas no es el baile, sino sentirse apreciados o importantes, aparecer en fotos, tener la prerrogativa de bailar con los bailarines más populares, etc.

Refúgiate en la gente que realmente te aprecia. Es imposible agradar a todos. Los cotilleos y las malas lenguas no son más frecuentes en el baile que en otras áreas de la vida. Tú vives la vida que ellos solo pueden criticar ¡Los verdaderos bailarines están demasiado ocupados bailando mientras ellos se envenenan con su lengua!

Es tu profesión...

Hiciste del baile tu profesión porque no querías hacer otra cosa en la vida. No sospechabas que desarrollar el baile a nivel profesional, fuera tan duro.

Te enfrentas a la incertidumbre profesional, a muchas horas de clase y entrenamiento, al peaje físico, a la competencia desleal y, a veces, a la generación de rencores y envidias. Te preguntas si sería mejor aceptar un trabajo convencional, con ingresos regulares, que vivir en la cuerda floja. Disfrutar del baile como antes, “desde fuera”, y sin la presión de pagar las facturas usureras del trabajo autónomo.

Diversifica, intenta tener otra fuente de ingresos. Vivir solamente del baile es muy difícil salvo que trabajes varios estilos de baileEl estilo de baile son los pasos que la tradición ha codificado, mientras que el estilo personal es nuestra interpretación de los mismos. y tengas un local propio. Esto reducirá la presión de jugártelo todo a una carta. La gente que acude a tus clases lo hace porque aprecian tu enseñanza y lo que les aportas. Si tu situación te causa angustia o no llegas a fin de mes, no podrás dar lo mejor de ti.

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Conclusión

En resumen: ¡Cuando hacer lo mismo ya no es divertido, haz algo diferente!

Si nada de lo anterior te ayuda, solo queda reconocer que has terminado un ciclo. La vida de bailarín te ha suministrado una bella experiencia que quedará contigo, pero es hora de partir hacia nuevos puertos. De ser así, buena suerte. ¡Quizás volvamos a vernos!

Y si te reconoces en alguno de los síntomas anteriores, pero no claudicas ¡Enhorabuena! Formas parte del núcleo duro que hace que la comunidad perdure. Con toda su gloria y todos sus sinsabores. No somos los más importantes, somos los más necesarios.

¿Se te ocurren otras causas por las que bailar ya no es divertido para ti? ¡Coméntanos!

Felipe - EstiloSwing

Bailarín y profesor fundador de EstiloSwing. Apasionado del Swing, su música y su historia. Cuando no está bailando parafrasea a Platón y a Tagore.

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